La relación de un padre con sus hijos es similar al momento de la vida cuando ellos aprenden a montar bicicleta. Esto es lo que plantea Alejo en este libro, donde cuenta una historia real con su hija Elisa. En algunos momentos clave de la vida los niños necesitan estar en el mismo escenario con sus papás. No importa que otros puedan enseñarle de igual o de mejor forma que sus padres. La vida no solo se trata de aprender cosas, se trata de vivir momentos inolvidables con las personas que uno ama. ¿Cuáles son los momentos que les gusta compartir con sus hijos? tal vez esta sea una pregunta simple para algunos padres, sin embargo hay otros que les costará encontrar momentos de felicidad junto a sus hijos. El exceso de trabajo, la descarga de responsabilidades a niñeras, abuelas y familiares, así con las largas jornadas que los niños pasan en sus colegios pueden ser el enemigo a la hora de tener espacios de calidad con los hijos. Como siempre, Alejo busca cuestionar esa relación entre padres e hijos. Esa que solo se construye mirándose a los ojos, en escenarios donde no hay celular ni televisión y en la que quedan marcados esos recuerdos inolvidables en la memoria de los niños.